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EL PATIO DE CAJITAS EN EL TEATRO LAMBE LAMBE

Por: Mau Funes

Cuando a los que hacemos lambe lambe nos preguntan “¿qué es el lambe lambe?” difícilmente hagamos alusiones al patio de cajitas. En función de suplir esta falta de consideración generalizada haré algunos comentarios señalando sus posibilidades y potencialidades. Con patio de cajitas me refiero al espacio en el que confluyen varias obras de teatro lambe lambe para hacer función; sea éste abierto o cerrado, delimitado, circunstancial o itinerante. Para hablar del patio de cajitas me valdré de lo que propone Ricardo Lista en sus talleres de construcción de cajas. El aporte de este titiritero porteño, no solo permite potenciar futuras creaciones lambe lambe, sino también comprender mucho más profundamente las obras ya existentes.

     Para Ricardo Lista una jornada de cajitas lambe lambe está compuesta por tres cuerdas: [a] la interior, [b] la exterior y [c] la del espacio (la del patio de cajitas). La metáfora es la de tres filamentos (cada una con su energía y lógica particular) entorchados en una misma soga; estas tres cuerdas o dimensiones, están entrelazadas en función de dar solidez a un lenguaje que las engloba: la experiencia de teatro lambe lambe situada (en determinado lugar y tiempo). [a] La cuerda interior remite a lo que sucede dentro de la caja, “el espectáculo”: títeres, banda sonora, escenografía, dramaturgia; lo que se experimenta al ver por la mirilla. Muy ligada a la primera, está [b] la cuerda exterior: cómo está ornamentada por fuera, pero además cuál es la perfomance del artista, su vestuario, cómo recibe a cada espectadore... Lo que hay en el interior debería corresponder con lo que hay en la exterioridad. Cabe aclarar que si bien el público percibe primero la cuerda exterior y luego la interior, y que ambas son necesarias para definir una micropoética, la parte interna es central; une espectador podría asegurar haber visto una cajita al mirarla solo por dentro (tal como pasa al verla en vídeo), pero nunca al contrario (al verla solo por fuera). Tiene lógica pensar [a] lo interno y luego [b] lo externo porque, además, así nos aparece durante el proceso creativo: se empieza a pensar la obra por dentro y, luego, se buscan elementos plásticos y performativos que complementen, anticipen o se opongan desde afuera; hay un movimiento dialéctico entre ambas cuerdas, que suele iniciar desde dentro.

     

     

     Siguiendo con el movimiento centrífugo, hablaremos ahora del patio de cajitas. La tercera cuerda es [c] la del espacio, el contexto y las relaciones que establece cada cajita con las demás. Ésta, parte de la afirmación de que, cuando se instala un grupo de cajitas, el espacio se transforma. Es por ello que, es necesario problematizarlo a la hora de concebir una obra (tanto como se hace con lo interno y externo). Es cierto que algunos colectivos de cajitas producen intervenciones que hacen interactuar varias cajitas diferentes, pero no suele ser el común; incluso a veces sucede al contrario, que estas cajitas, concebidas para interactuar entre ellas, comparten el espacio con otras que vienen de otro lado. Lo común es que, si bien el lambe lambe propone una experiencia íntima, de uno a uno, acostumbramos juntarnos entre diferentes artistas para compartir el mismo patio de cajitas. Estos encuentros suelen ser en su mayoría esporádicos y eventuales. En esos encuentros, sería ridículo exigirnos cambiar los títeres para que se parezcan a los que trajo el otre o que el lambeiro que está enfrente mío reciba al público tal como lo hago yo. Pero, en todo caso, Ricardo Lista se lamenta cuando (como ocurre casi siempre) la dinámica grupal se ve reducida a algo instrumental: cada une concentrado en su propia caja y espectáculo. Vale pensar que las cajas que comparten un mismo patio de cajitas (quiéralo o no) están atravesadas por una energía coral, dentro de la cual las obras se deberían relacionar armónicamente; basta que un solo artista esté desconectado del conjunto para que se genere una disonancia. Imaginarnos el punto de unión que hace a esas cajas formar parte del mismo colectivo es algo que, sin duda, potenciaría la experiencia. Hay algunos festivales y espacios que se atreven a este desafío y logran que obras sumamente diversas confluyan alrededor de un mismo relato; cuando eso sucede la experiencia es conmovedora. Para Ricardo Lista, relacionar concienzudamente nuestra propia cajita con las que eventualmente nos encontremos, es uno de los grandes desafíos al que nos enfrentamos quienes hacemos teatro lambe lambe. Para él, es necesario lanzarse a la aventura de sostener colectivamente una propuesta íntima.

     A mí, me resultó ilógica la relación causal entre colectivo e intimidad, pero tras darle algunas vueltas, me he terminado convenciendo. Porque lo que el patio de cajitas, en definitiva, nos regala, es una convención teatral similar a la que produce el escenario en el teatro tradicional. El escenario habilita la mirada, niega la convención social que prohíbe a que una persona pueda quedarse mirando fijamente a otra durante un rato e instaura otra donde eso es posible; lo que en la vía pública no podría ser hecho, en el escenario sí. En el lambe lambe, daría la sensación que las asimetrías entre intérprete y espectador (que son innegables y que las hay) se olvidan cuando estamos dentro de un patio de cajitas, rodeades de otras personas haciendo lo mismo al mismo tiempo. Así, el patio de cajitas funciona como marco de contención que habilita una experiencia íntima. Sin él lo íntimo se podría convertir en privado. Íntimo y privado no son lo mismo; porque lo íntimo supone cierta entrega y confianza; en cambio, cuando algo se señala como privado, justamente resalta su carácter de no público (que no puede ser mostrado al público). Al margen de lo que pueda hacer cada artista para hacer amena su propuesta, el patio de cajitas genera una convención teatral sumamente habilitante. Finalmente, el secreto (del que hablaban Ismine Lima y Denise di Santos) o la humanidad (de la que habla Oani Teatro) encuentran un momento propicio para ser compartidos cuando hay un colectivo que lo sostiene.

Cierre taller de lambe lambe dictado por Ricardo Lista (Misiones, 2023).

“Espia Só!” de la Cía Andante.

Festilambe de Valparaíso organizado por Oani Teatro. Articulado alrededor del relato: compartiendo humanidad.

Mau, es dramaturgo y titiritere. O sea, habla con personajes imaginarios y muñecos que él mismo manipula. Rarísimo. La práctica teatral le ha llevado a obtener algunos reconocimientos (algo de lo cual desconfía) y a ser docente (algo que le apasiona). Y crea al seno de la compañía Enclenque Títeres, de Argentina. Contacto: ilmaurice@hotmail.com